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Desde Cuba a la tierra de los anamita.

Desde  Cuba a la tierra de los anamita.

Es 19 de mayo y transcurre el año 1890. Del lado de allá de las Américas, en una humilde familia vietnamita, nació un niño que con el tiempo se ganaría el respeto de los hombres y mujeres de su país. En el tiempo, cinco años después en 1895 ya de regreso a la Mayor de Las Antillas, un joven de poco más de 30 años y de mediana estatura, caía en combate en Dos Ríos.

El 19 de mayo, une a dos próceres independentistas, Ho Chi Minh y José Martí en épocas y contextos diferentes. Además de la coincidencia de pensamiento y acción que los entrelaza, simbolizan los ideales más genuinos de la historia de Vietnam y Cuba.

De niños conocimos de la existencia de un país donde las personas tenían los ojos como almendras. A través de la prosa de Martí, evoco aquel paseo por la tierra de los anamitas, al que nos invitaba el maestro en su Edad de Oro, en su maravilloso arte de contar sobre lugares que no conoció, con exactitud tal, que pocos podían dudar que algún día hubiese estado allí.

¿Pero realmente, solo los une el décimo noveno día de mayo? La coincidencia no es solo cuestión de fechas, sino también de pensamiento, epicidad, la huella en sus pasos por la vida y el amor desmedido por los niños y las niñas. Hoy ambas naciones resaltan la memoria de sus héroes, cada una crecida ante el ejemplo que de ellos emana. Maestros de naturaleza estoica, de sacrificios sin par, que no reconocieron riqueza alguna fuera del alma, ni utilidad mayor que la virtud, ni dimensión más sagrada que la Patria.

Nuestro José Martí vivió los inicios del imperialismo que no por naciente, dejaba de ser voraz. No tardó en alertar sobre los peligros que entrañaba, ni en denunciar, a viva voz, su carácter exterminador y la necesidad de impedir a tiempo que los Estados Unidos cayeran con su fuerza sobre las tierras de América.

El tío Ho, de igual manera, recalcó la urgencia de destinar todos los recursos con el objetivo de abolir a los imperialistas norteamericanos, enemigo principal y directo de los pueblos de Indochina. Así se pudieron liberar del opresor imperio, solo con la obra de los hombres y mujeres de la tierra de los anamitas.

Fueron dos hombres que entendieron la libertad, la justicia y la dignidad como gloria colectiva y principios inherentes de la condición humana...Tal vez solo sea una coincidencia de estos dos aniversarios, sin embargo, la trascendencia del hecho radica en las lecciones aprendidas de Ho Chi Minh y José Martí, las cuales sobreviven en la aspiración eterna de crear y soñar hasta el último latido del corazón en Dos Ríos o de comenzar en el sublime acto de abrir los ojos por primera vez al mundo en la tierra de los anamitas

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