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Las mujer cubana, ejemplo de adnegación.

Dedicado a las mujeres por este 8 de marzo, su día Internacional.

La mujer exigió su participación desde el 59 en una forma tan directa y formidable que de ahí surge la Federación. Y Fidel sintió por esto; lo calorizó, lo apoyó, lo consideró sumamente valioso, por eso se dice que fue a dos manos que se fue haciendo la promoción de la mujer, porque las mujeres respondieron desde el primer momento, durante la lucha y después, en esta etapa fundamental que fue el año 1959. Las mujeres decidieron crear una organización para participar en la Revolución, para prepararse y poder seguir avanzando en su aporte a la Revolución. Y eso ha sido lo que ha ocurrido".

En cualquiera de los momentos de la heroica historia de nuestro pueblo, desde el inicio de las luchas independentistas hasta hoy, está presente ese particular papel de la mujer, que a decir de Martí, resulta imprescindible en toda obra humana para que sea invencible.

Así fue durante la lucha en la Sierra y el llano por alcanzar la verdadera independencia, y también a lo largo de estos 50 años de constante batallar para seguir siendo dueños de nuestro destino.

Lo ha sido especialmente en estos años de Período Especial, en particular en su etapa más dura, cuando nuestras compatriotas: madres, esposas, hermanas e hijas, echaron sobre sus hombros el peso principal de la enorme carga cotidiana que ha significado alimentar, vestir y sobre todo preservar los valores espirituales esenciales de la familia, célula básica de nuestra sociedad, frente a todas las dificultades y hasta las incomprensiones de no pocos.

Es doble el mérito de nuestras mujeres porque fueron capaces de asumir ese gran reto con la mayor modestia, en silencio, como algo natural y con absoluta dignidad. Lo hicieron además sin renunciar al derecho conquistado de ser personas socialmente activas, tanto en la comunidad como en el centro de trabajo, aquilatadas en primer lugar por su preparación y aporte al bien común.

No es exagerado afirmar que las cubanas, gracias a su abnegación y responsabilidad, a su esfuerzo realmente heroico, han constituido ejemplo y motivación en esta etapa difícil. Merecen, por tanto, el reconocimiento y la gratitud de todo nuestro pueblo.

Sin duda, tal actitud resultaría inconcebible fuera de la Revolución. Es el fruto de cuanto esta ha hecho por el desarrollo de la mujer en todos los campos.

Es el resultado también de la labor de la FMC con la especial impronta de Vilma Espín G, con ese estilo de dirección suyo, mezcla armónica de dulzura, afabilidad, firmeza y energía, presente en cada una de las múltiples tareas cumplidas por la organización durante estos 51 años. El ejemplo de Vilma perdura en la mujer cubana de hoy y de siempre.

El mejor homenaje de las jóvenes de estos tiempos a esa mujer extraordinaria, es ser consecuentes con su legado. Es la garantía de que la Federación de Mujeres Cubanas será siempre la potente fuerza revolucionaria que fundaron Fidel y Vilma, aquel 23 de agosto de 1960.

A nosotras las mujeres: a mi madre, María Magdalena Martínez Trujillo Santa Clara (1949-2007).

Fragmento del Discurso pronunciado por José Ramón Machado Ventura, Miembro del Buró Político del Partido y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros durante la clausura del VIII Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas.

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